30 diciembre 2009

La (presunta) primera víctima de los Derechos de Autor

Se llamaba Rosarie du Candelière.
Tremendista y sensible como la Dama de las Camelias, Miguel Brieva ha preservado para la posteridad su trágico final:



 
Esta y otras 49 historias y testimonios tan desgarradores como el de Rosarie se encuentran gracias a la Buena Voluntad (i.e. buen rollito) del colectivo XGAE, corsarios de buen corazón y que nos AUTORizan a apropiarnos de parte o de la totalidad de su libro Los piratas son los padres,

 siempre y cuando:
a) Reconozcamos el origen de los materiales. (¡Amén!)
b) Y recordemos al amable lector que la generosidad y tolerancia corsarias tienen sus límites -serán piratas, pero no completos idiotas-:
  1. Se prohíbe ganar dinero con el botín bucanero (reproducción con fines lucrativos). 
  2. Los piratas no son seres anónimos (Miguel Brieva, Miguel Brieva, Miguel Brieva. ¡¡¡Amén!!!)
  3. Que peguemos este enlace y expliquemos qué es una licencia Creative Commons.



Para despúes digan que la Tortuga es ínsula de descreídos, rojos y demás ralea...

Creo, 
pero no creo, 
en un Autor todopoderoso, 
trino único, 
creador de todo 
lo nombrable e innombrable. 
Por los siglos de los siglos. 
AMÉN.