05 febrero 2011

Avatares del plagio (2): fenómenos, máquinas, cosas

Entre las representaciones más habituales entre todas las épocas se encuentran los fenómenos naturales, es decir acordes con las supuesta fiabilidad de la experiencia cotidianas, tales el eco, la huella o la reproducción biológica. La Modernidad y la Posmodernidad han podido variar los elementos del decorado, pero este tipo de imágenes funcionan con la misma lógica de antaño, y aunque hoy se compare la infinita replicabilidad del ADN a la labor creativa, los argumentos se sustituyen en buena medida unos a otros continuando esquemas previos como el de la obra  espejo, no ya de la realidad, sino de otras obras.







16 enero 2011

Avatares del plagio

Jakob Thomasius fue un profesor de la Universidad de Leipzig en la segunda mitad del siglo XVII. Era el tiempo de los polihistores, una especie erudita, hoy extinta, que concentraba en unos pocos individuos los saberes esenciales de cerca de dos milenios de cultura occidental. (De Athanasius Kircher, uno de sus miembros más ilustres, jesuita y orientalista destacado, se dijo que fue "el último hombre que lo supo todo".) De este modo, Jakob -a quien no se debe confundir con su hijo Christian, o Cristiano, como se le conoció hasta hace poco en español, uno de los fundadores del Derecho Positivo moderno- impartió a lo largo de tres décadas asignaturas tan diversas como Teología, Derecho, Retórica o Lógica, y escribió extensas monografías sobre una gran variedad de cuestiones como la capacidad intelectual de las mujeres (en su defensa), el delito de bigamia o los filósofos estoicos.

Como director de la Nikolaischule y de la Thomasschule dirigió numerosas tesis doctorales, entre ellas la de su discípulo más conocido, Wilhem Leibniz (protagonista de una cruenta y extensa polémica internacional con Sir Isaac Newton por un supuesto plagio del modelo de cálculo infinitesimal), y la de un cierto Johann Michael Reinelius (del que nada más se sabe) sobre el plagio literario. En aquel tiempo, los estudiantes universitarios y su director compartían la autoría de los trabajos de investigación, a pesar de lo cual la Dissertatio de plagio literario (1673) ha sido conocida desde su primera publicación y a lo largo de sus múltiples reediciones y traducciones como el "libro de Thomasius". Verdadero best-seller de la Ilustración, la obra supuso el inicio de una oleada de tratados académicos y jurídicos sobre la cuestión. Durante el siglo siguiente, eruditos como Almaaloven, los (numerosos) Mencken, Bayle, Abercromby, Crenius o Schwarz establecieron la casuística, el inventario de modus operandi, de evidencias judiciales, antecedentes jurisprudenciales e incluso catálogos universales de malhechores.
Sin embargo, la obra de Thomasius (y de Reinelius) se abría con lo que parece una perogrullada: "el plagio literario es un asunto exclusivo de los hombres de letras", con una consecuencia que no es tan previsible: se trata de un asunto, por lo tanto, que sólo debe ser juzgado por ellos, pues sólo a los autores concierne. Es más, al tratarse más bien de un pecado literario que de un crimen, es, en sí mismo, indemostrable, es decir, inmune a las pruebas y evidencias judiciales. Sólo la conciencia del plagiario sabe que lo es.
La principal conclusión que sacan Thomasius y Reinelius tras trescientas páginas de erudición insaciable es ejemplar. En literatura, de poco sirve establecer una policía o unos tribunales literarios. Lo que urge es una política literaria, lo más severa y totalitaria posible, que se infiltre en las conciencias de los escritores, desde su más tierna infancia; una suerte de adoctrinamiento y vigilancia continuos sobre los comportamientos literarios que progresivamente supriman las textualidades desviadas, las malas filiaciones y las imitaciones perversas. Los instrumentos de los que deberían servirse los pedagogos de la Literatura -y es quizás aquí donde reside la genialidad de la propuesta de Thomasius y Reinelius, anticipándose a los situacionistas de Guy Debord, y más incluso a las propuestas marxistas- pasan por el control de los medios de representación antes que los de producción literaria. Es preciso controlar las ficciones, las imágenes y los símbolos de la Literatura, así como es necesario acuñar los avatares más infamantes y disuasorios de la reproducción incontrolada de lo escrito: difundir los avatares del criminal, hasta que las máscaras queden como únicos rostros posibles de lo prohibido.

30 diciembre 2009

La (presunta) primera víctima de los Derechos de Autor

Se llamaba Rosarie du Candelière.
Tremendista y sensible como la Dama de las Camelias, Miguel Brieva ha preservado para la posteridad su trágico final:



 
Esta y otras 49 historias y testimonios tan desgarradores como el de Rosarie se encuentran gracias a la Buena Voluntad (i.e. buen rollito) del colectivo XGAE, corsarios de buen corazón y que nos AUTORizan a apropiarnos de parte o de la totalidad de su libro Los piratas son los padres,

 siempre y cuando:
a) Reconozcamos el origen de los materiales. (¡Amén!)
b) Y recordemos al amable lector que la generosidad y tolerancia corsarias tienen sus límites -serán piratas, pero no completos idiotas-:
  1. Se prohíbe ganar dinero con el botín bucanero (reproducción con fines lucrativos). 
  2. Los piratas no son seres anónimos (Miguel Brieva, Miguel Brieva, Miguel Brieva. ¡¡¡Amén!!!)
  3. Que peguemos este enlace y expliquemos qué es una licencia Creative Commons.



Para despúes digan que la Tortuga es ínsula de descreídos, rojos y demás ralea...

Creo, 
pero no creo, 
en un Autor todopoderoso, 
trino único, 
creador de todo 
lo nombrable e innombrable. 
Por los siglos de los siglos. 
AMÉN.

21 agosto 2006

[OPTIMISMOS]



-Sabes, Friedrich, siempre fui un niño triste. Cuando mi padre me llevaba a ver los fuegos, los bailes, las fiestas y las guirnaldas, era incapaz de disfrutar con el resto de los chiquillos, porque era incapaz de olvidar que las luces, las formas, las bellas mujeres, los juegos, todas las cosas que uno debería disfrutar cuando se es niño, todas estas cosas sólo duran el tiempo que un suspiro en la oficina, el arco iris en el cielo, la flecha en su vuelo, las efímeras en una tarde de verano, las centellas de la fogata, la pelota en el aire, la onda en el agua. Así pues, desde pequeño, observé el mundo con ojos maravillados, pero teñidos de angustia, pues en el  cordero veía la pelliza, en el árbol la leña del invierno, en el joven príncipe al tirano viejo, en el joven escribidor de izquierdas al consagrado académico pro-americano, en las humildes rosas de Laura las pretenciosas odaliscas de escapistas y decadentes; en los cuentos crueles, aunque sinceros, de mi madre, las asépticas historias de plástico y merchandising de mis nietos. Todo cambia y nada permanece. El hombre nace a la muerte y al olvido. El río de mi infancia ya no es más que un embalse, 1546 adosados y un campo de golf.
-Ah, Heráclito, bienaventurada sea tu culpable inocencia... Nunca dejarás de ser un hipócrita redomado y un optimista. No cesarás jamás de repetir hasta la eternidad todas estas sandeces y yo me veré obligado a escucharlas hasta el fin de los tiempos. El dolor de cabeza que me produjiste ayer, me lo repetirás otra vez mañana. Cambiarán los nombres y nos contarán las mismas patrañas. Las primeras y las últimas palabras de los hombres son siempre idénticas. Pobres excusas para no mojarse en el río, que hace frío y no tengo alma para cambiarme; después vendrá otro de tu calaña y dirá lo mismo, lo cual será igualmente insufrible y acabaréis por volverme loco. El sabio reconoce al burro de la noria como un hermano de fatiga y condena. Por lo demás, esto carece de importancia y ya todo te lo dije mañana.

05 mayo 2006

Arte Phantasma

Leyendo últimamente una obra especializada en el Arte Contemporáneo, descubro la confirmación de una sospecha que me ronda y atormenta desde hace bastante tiempo, y es la tal sospecha de la existencia del Arte Invisible. Desechados el Arte Conceptual, el Anti-Art, las latas de caquita de artista (ver infra los intentos de Manzoni –tan ingenuo el pobre– de cagarse en el mercado del arte), y el Arte Primitivo como manifestaciones decadentes del estadio último del Arte Capitoburgués, no se salvan ni los urinarios convertidos en arte y nuevamente reconvertidos a martillazo limpio en (restos de) mobiliario sanitario. Resulta ahora que lo moderno, lo actual, lo contemporáneo, lo más atrevido y gamberro es esconder el cuadro, el wáter, el cadáver destripado de una vaca o de un homeless, y después publicarlo a bombo y periodiquillo especializado en estética. Después de la muerte del artista, del caballete y de la obra, el siguiente paso era inevitable. Platón ya los barruntaba a los artistas del futuro cuando definía el estatus ontológico del Arte PHANTASMA: copia de la copia de la copia de la IDEA. Bienvenidos.

14 marzo 2006

Qu'est-ce qu'un auteur?

La Sirenita logró retener al príncipe del cuento. Pocahontas fue feliz y comió perdices con John Smith en Inglaterra y en el Nuevo Mundo al que regresó como civilizadora. Bambi tuvo un hijo y hubo de escapar otra vez del bosque en llamas. Hércules no estranguló a sus hijos cuando Hera le hizo perder la razón. Quasimodo no lloró desde lo alto de la catedral de París a la gitana Esmeralda, la cual no sólo no fue ejecutada, sino que alcanzó finalmente la felicidad por siempre jamás. ¿No me creen? Pues vayan y pregúntenle a su Creador, la persona que detenta urbi et orbe los derechos de autor de todas estas historias y muchas otras más. Se llama Walt Disney® Productions, y es además, según la UNESCO, el escritor más traducido del planeta. No se asusten, al fin y al cabo, ya Cervantes le había arrebatado a Cide Hamete Benengueli los destinos de Alonso y de Sancho. Sus discípulos ilegítimos, Avellaneda, Montalvo y Menard, no hacían más que continuar en esto la labor de su Padre natural. ¿Faltan molinos? ¿Sobran productoras?

22 febrero 2006


¿Quién fue el primero? ¿Quién inventó la rueda? ¿Y la flecha, el endecasílabo, el soneto, los pendientes, la llave, los espaguetis carbonara, el rap, el código mercantil y la picana y los best-sellers y el método Ogino? ¿Quiénes eran Hammurabi, Homero, Ossian, Émile Ajar, la señorita O, Per Abad, o Jesucristo García..?
No, no me lo digan. No quiero saberlo.
Estalla una guerra, o una revolución, o se levanta el pueblo contra el tirano. Y todos, sin excepción, debemos elegir.
Hay quien duerme tranquilo por las noches, colabora discretamente con el invasor, el dictador o los militares, denuncia discretamente nombres, o patenta tiritas, vacunas contra la malaria o mapas genéticos, ondea banderas, trabaja para una multinacional o se convierte en poeta oficial y saluda marcialmente.
Y hay quien se echa al monte, reparte folletos anónimos, o firma una carta de denuncia o se une a manifestaciones silenciosas.
No, no se me hagan ilusiones: éstos siempre andan dando avisos de bomba o levantándose la tapa de los sesos.

21 febrero 2006

De vida o muerte

Es la hora del lector. Se le pide que decida sobre cuestiones que no pueden esperar, sobre asuntos de vida o muerte. Responda, por favor, cuidadosamente:
1. ¿Quién? :
a) Un coronel frente al pelotón de fusilamiento...
b) Una niña que vende cerillas en un crudo invierno...
c) Un ex-policía corrupto que hacía las veces de detective privado...
d) Un hidalgo, con rocín flaco y galgo corredor...

2. ¿Qué?
a) ...cercana la muerte, emprende un viaje a Venecia...,
b) ...tras ver un fantasma, decide vengar la muerte de su padre...,
c) ...se enamora simultáneamente de un torero y de un policía...,
d) ...se embarca en una goleta en pos de aventuras...

3. ¿Cómo?
a) ...y así, recorre el continente de punta a punta hasta que un buen día su avión se estrella en medio del desierto y...,
b) ...va ascendiendo en la escala social, encanallándose y empapándose de cinismo hasta que...,
c) ... después de deambular loco y ciego, acompañado de un bufón...,
d) ...es encerrado injustamente en una prisión durante treinta años, y tras escapar...,

4. ¿Para qué?
a) ...el que se fingía loco muere con la casi totalidad del reparto.
b) ...resuelve el caso, engaña a la policía y se escapa con la rubia.
c) ... muere atravesado por la espada de su hermano gemelo.
d) ...recupera la cordura en el lecho de muerte para mayor escándalo de lectores y demás inquilinos del manicomio.

19 febrero 2006

El Idiota

Este idiota que escribe no me deja en paz:
–Escribamos una novela, una de las buenas, una obra maestra. Para que se acuerden de nosotros.
Será imbécil. Debe ser el último desgraciado que ignora que a la novela sólo se la puede resucitar una vez; insistir más no es de buen gusto.
–Un libro de poemas, de ensayos, unos Pensamientos, una novela erótica sin puntos ni comas, un ensayo sobre la sordera, una parodia de Coños de Prada(R), una elegía sin consonantes o sólo con la i o, yo qué sé, la segunda parte de Hamlet. Algo, lo que sea... escribamos, carajo, que nos hacemos viejos.
El pobre parece desesperado. No me extraña; debe de ser duro después de tantos años. Seguro que les tiene envidia hasta a los heterónimos.
-Pero no se puede, yo le explico, para eso estaba el Oulipo, los dadaístas, Beckett y el infumable del Arrabal. Ya ves, no ha quedado sitio.
–No puedes estar hablando en serio, algo debe de hacer –se diría que aflora un aterrado sudor en su voz– ALGO tiene que quedar original, puro, sin hacer, sin desvirgar... no puede ser que hayamos nacido tan tarde o tan temprano... Hemos trabajado duro, nos hemos esforzado, nos lo merecemos.
Y ahí lo tengo otra vez lanzado a lloriquear y patalear hasta que logra fastidiarme toda la tarde del domingo. En estas ocasiones, y es algo de lo que no me enorgullezco, rencoroso y excesivo, a conciencia y sin escrúpulos, tomo una decisión que apunto cuidadosamente en mi agenda. Mañana le regalo, al idiota, otro paquete de 500 hojas en blanco.

18 febrero 2006

Credo


Creo en una autor único, trino y voluntad todopoderosa, escritor de lo no dicho y nunca expresado. Presente y no inventado. Descendido a los intestinos de la crítica, muerto, sepultado y resucitado a los tres días, como en un veintitrés de abril, aseguran, murieron Shakespeare y Cervantes, esta coincidencia que ha contribuido mucho probablemente a que apenas sepa si lo que escribo lo escribo yo o ese idiota –en el sentido recto de este estado hermoso y beatísimo que comparto con más de uno– con el que me confundo en los días en los que hace sol, está nublado o no hay eclipse. Un veintitrés de abril de hastío, primavera y papelitos que se adhieren a las suelas y no se quieren despegar. Veintitrés de abril, día declarado por la UNESCO, día del libro y de, cómo no, de los derechos de autor. Algo que, llegados a este punto, oh lector, mi semejante, mi idiota semblable, ambos sabemos que no deja de ser una fantochada con visos de declaración universal de los derechos de imperio, emporio, expolio y monopolio. Amén.

17 febrero 2006

Great Expectations

Que tu nombre te haga ser reconocido en los libros que escribas.
Escribir para que te quieran, sobre todo tus amigos.
Escribir para cambiar el mundo abrazado a la causa.
Escribir sinceramente para ganar prestigio y dinero.
Escribir como artesano, por afición profesional.
Escribir lo que escribirá después otro.
Escribir para la censura, para que te quemen públicamente los libros.
Escribir para olvidar y para que te olviden.
Escribir para que tu nombre quede grabado en panteones y listas oficiales.
Escribir desde lo alto, desde una isla, desde la distancia.
Escribir como una puta, por los derechos de autor y por el amor de los desconocidos.
Escribir con envidia, con rencor o por venganza.
Escribir por y para escribir.
Escribir para cambiar de mundo, de chaqueta o de barrio.
Escribir para dejar de llamarse López o Díaz.
Escribir para echar el rato, por tedio y por hastío.
Escribir para poder por fin saltarte los puntos y las comas.
Escribir para tu hija o para tus nietos o para tus abuelos.
Escribir anónimos, el verdadero oficio de todo escritor.

16 febrero 2006

Escribir es un carnaval


Escribir bajo pseudónimo, con otro nombre, detras de otra máscara, de otro antifaz, entrar en el baile de carnaval con cuernos de diablo o mitra cardenalicia, pontificar, levantar banderas caídas, sembrar discordias desde la retaguardia, de incógnito decir verdades por la espalda, asustar, hacer reír, intrigar, hacer el payaso, de vientre y en plena calle, cambiar de sexo, dejar de llamarse Díaz o Gómez o Fernández, contradecirse, mandarlos a todos a hacer puñetas, perpetrar esa novelilla infame que desde hace tanto tiempo en el tintero, bailar con la más fea, cambiar de pseudónimo, desligarse, no retractarse, enseñarle el culo a los de arriba, no recoger premios, no pronunciar discursos de agradecimiento, no inclinarse, no besar las manos, hacer traición a la causa, cambiar de pantalones... Ya lo ve, la lista es larga y no hay nada más que ventajas.

15 febrero 2006

Las viejas prostitutas de la historia

Me alquilo para hacer tesis, monografías, proyectos de fin de carrera, novelas cortas o largas, relatos para concursos, nadales o planetas... Tarifa única 6000 euros, un millón de pesetas de las de antes. Usted pone lo más difícil: su nombre y su biografía; además firma los autógrafos y concede las entrevistas, lo cual es siempre una pesadez. Si vivió un exilio cubano o una bohemia mayodelsesentayocho en Paris, hizo bachillerato nocturno o tenía un padre autoritario y le escribió en una carta todo lo que no se atrevía a decirle en persona, si hizo un viaje a la India, si es bibliotecario y se está quedando ciego, si tiene o tuvo experiencias con la heroína, un alcoholismo con décadas de solera, un incesto en la adolescencia, si tenía colgado un póster del Che, si realizó un viaje al final de la noche, es judío y escapó de Auschwitz, es palestino y le echaron de Gaza, tuvo un padre que lo abandonó o le maltrataba, si de tanto leer se volvió loco, si su marido le pegaba, si realizó estudios de letras o sintió una vocación tardía por la literatura, si la novia que le dejó para irse a California y su madre (o usted) era ama de casa, si una mañana despertó convertido en insecto o estuvo en la División Azul o durante mucho tiempo se acostó a una hora temprana, si todavía recuerda cuando su padre la llevó a ver la nieve, tuvo romance con una actriz de la nouvelle vague o Jane Seberg o con Alain Delon cuando todavía merecía la pena, si es un hijo de prostituta, si es un experto en copla española, si pasó por una juventud, una infancia sórdida, fue colaboracionista, o traidor o héroe de la patria, si le desaparecieron o le torturaron, si tuvo relaciones homosexuales en la universidad, una carrera diplomática, un papá abogado, una temporada en la cárcel o una madre ninfómana, si ya no lee y quema los libros de la biblioteca de su casa... No lo piense más: la literatura lo está llamando. Buena suerte.

14 febrero 2006



El sonido que produce al abrirse el mechero de gasolina más famoso del mundo está patentado. La melodía del cumpleaños feliz recauda urbi et orbe derechos de autor. Las tiritas para negros hicieron millonario a su inventor. Hoy France Info informaba de que las autoridades sanitarias de Paris han descubierto que los peces de río machos están desarrollando atributos hermafroditas. Su evolución no es todavía completa, pero la tendencia es clara: en varias generaciones, las hembras del Sena habrán desaparecido por carecer de utilidad pública. Estoy seguro de que nunca conseguiré explicarlo, pero también estoy profundamente convencido de que todos estos hechos se hallan estrechamente relacionados.

13 febrero 2006

Disclaimer



Cuenta Genette que no recuerda si en Bernard Shaw o en Mark Twain leyó una historieta sobre si Shakespeare tenía un hermano gemelo, lo cual viene a cuento de los viejos rumores de que Shakespeare no es Shakespeare sino otro que se llama Shakespeare, y todo el nudo de la historia radica en que uno de los hermanos se ahogó y no se sabe si era William u otro que se llamaba William. No sé ustedes, pero yo no le veo la gracia; ni sé a quién de entre todos los que estamos detrás de esto echarle las culpas. Lo sentimos.

12 febrero 2006

El Show

Scherezade contando nanas persas y de la India, historias para críos, chismorreos del supermercado, los cuentas de la vieja, matando el tiempo, alejando al coco, al mortal aburrimiento, recordado los viejos chistes de viejo verde, las habladurías de las vecinas sobre el hermano y cuñada que se amaban a hurtadillas tras la tapia del huerto, del abuelo y la nietecilla a orillas del río, historias para dormir al niño, para mientras se cuelga la ropa, descansamos del amor, distraemos el tedio con los amigos, entre cerveza y copas de champán bien frío, en las telenovelas interminables de media mañana, en la radio, historias para no dormir, inventadas para otro, para que no nos dejen solos cuando amanezca, historias para las camas frías y para la mala compañía, para la tos y para el insomnio, embustes, patrañas, moralejas, nanas para niños, para los con miedo a la soledad, que los novelistas de hoy ponen al día.

11 febrero 2006

IDEM DIXIT


El último de la clase volvió a suspender historia. El profesor había reparado en que su examen se parecía demasiado –era exactamente idéntico salvo un par de párrafos, unas cuantas faltas mastodónticas de ortografía y, obviamente, el nombre y apellidos del encabezado– al del mejor alumno de la clase, el que obtuvo un diez en la asignatura, el que había copiado íntegramente, con la memoria fotográfica que Dios le dio, todo, absolutamente todo, lo que el libro de texto decía sobre un tal Julio C., Dictador y Conquistador de la Galia.

10 febrero 2006



Es un hecho incuestionable, y espero que nadie intente siquiera refutarlo, que Homero, ese gran impostor que se hacía el ciego, calcó literal, necesaria y deliberadamente, con el agravante añadido de hacerlo in extenso, los pasajes más significativos de la obra de James Joyce y de otros muchos, tantos que no los nombraremos por carecer aquí del espacio suficiente. ¿De dónde creían si no que le viene tanta frescura y tanta vigencia, tantos y tan audaces recursos vanguardistas, demasiados para un oscuro poeta maldito, del que apenas ya si recordábamos nada aparte del nombre, muerto con toda probabilidad entre la miseria y el olvido hace ya más de dos milenios y medio?

09 febrero 2006

Setenta veces siete


Setenta monjes se encierran en setenta celdas incomunicadas para producir setenta ejemplares idénticos en griego de la denominada Biblia Septuaginta o de los Setenta. Que se haya tenido noticia (afortunadamente), Dios todavía no ha reclamado sus derechos de autor y de imagen. Se imaginan qué ruina de royalties atrasados, de apócrifos, de traducciones santificadas, desde el calé hasta al tagalo, de segundas partes fraudulentas, de herejías, de ediciones comentadas, de versiones infantiles, de la infinidad de ejemplares de libros del mormón repartidos por todo el mundo, de adaptaciones teatrales (autos sacramentales aparte), de versiones cinematográficas... ¡Dios mío, qué vértigo da imaginarte!

08 febrero 2006

Angustias

-Tiene un aire a Tarkovski, estarán de acuerdo conmigo... (Un crítico entrevistado a la salida del estreno).
-La influencia de Fastbinder es innegable...(Cahiers du Cinéma).
-En la más pura línea fellinesca, casi un ettore scola...(Fotogramas).
-Domina con maestría los elementos más complejos de la escuela del Dogma. No se puede entender esta obra sin tener presente la influencia de Von Triers.... (Vanity Fair).
-El nombre de Almodóvar viene inmediatamente a la mente... (New York Post).
“¿Por qué no se van todos a la m..?”, se preguntaba escueta la nota que dejó como despedida.

 

07 febrero 2006

Lo demás

En cuanto a los asuntos de autoría, sólo cabe recordar que Rousseau definía el nacimiento de la propiedad privada como el acuerdo entre un ladrón y un idiota. Lo demás –como decían Faulkner y Guillermo Chéspir– es una simple cuestión de ruido y de furia.

06 febrero 2006

Deyalús



En un cuento, en una novela, en un libro cuyo nombre no recuerdo, un personaje le recomienda a otro que quiere ser escritor que plagie lo más abiertamente posible. De este modo alcanzará fortuna y gloria, el reconocimiento unánime de la crítica, los más prestigiosos premios, el palmarés de los más vendidos en las librerías y en los hipermercados. Eso sí, y es fundamental que lo recuerde, si alguna vez alguien detectara una demasiada similitud de estilo, ciertos pasajes ajenos, hurtados a algún otro escritor, no debe, bajo ningún concepto, sonrojarse. Él no está, en absoluto, copiando o realizando una burda imitación de la obra de otro; le está rindiendo, por el contrario, un sincero, un sutilísimo y hermoso y arrebatado homenaje.

05 febrero 2006

A quien escribiere

escribe
quién escribe
quién escribe esto
sabrás quién escribe esto
sabrás quién escribe esto que acabas
nunca sabrás quién escribe esto que acabas
nunca sabrás quién escribe esto que acabas de escribir

04 febrero 2006

Rousseau

¿Quién fue el canalla, el desalmado sin entrañas, que le puso dueño a las palabras? Y, más importante aún, ¿quién habrá sido el pusilánime, el timorato miserable que le hizo caso?

03 febrero 2006

Los otros

El yo de hace un momento, como decía Montaigne, ya no es la misma persona que el yo que soy ahora. Quizás esto quiere decir que no nos conocemos más que la gente que se ve cotidianamente, las personas con las que convivimos en el trabajo, en las reuniones familiares o en el lecho conyugal. Es decir, somos, seremos, siempre perfectos desconocidos para este nosotros concurrido que llamamos yo mismo. Citarme será siempre plagiarme y, lo que es peor, tergiversar mis propias palabras. Como apuntillaba Borges, el que escribe siempre es otro.

02 febrero 2006

Qu'est-ce que la littérature?


Imitar, copiar, transformar, modificar, redactar, relatar, regenerar, adaptar, traducir, reproducir, trasladar, parodiar, falsificar, mudar, fusilar, calcar, (escribir) a la manera de, adecuar, hacer un pastiche, evocar, duplicar, acomodar, ajustar, injertar, inspirarse (en), conformar, arreglar, trocar, invocar, remedar, transplantar, alterar, convertir, reformar, transcribir, innovar, glosar, componer, resumir, citar, escribir, plagiar... tantas formas de conjugar un mismo verbo.

01 febrero 2006

Los idiotas

Paulo Coelho, Alejandro Dumas Padre, llamado el Negro, Arturo Pérez Reverte, John Grisham, Garcilaso de la Vega, pero también Almudena Grandes, Susana Tammaro, el Canciller Pero López de Ayala, Isabel Allende, Ken Follet, y Ortega y Gasset, e Isidore Ducasse, dit Comte de Lautréamont, Ray Loriga, Len Deighton, el muy ilustre Infante don Juan Manuel, Calixta Belayah, el siempre honorable Sir William Shakespeare, y tantos, tantos, tantísimos otros... ¿Será posible que la falta de originalidad sea una de las claves insondables del éxito?

Declaración de principios

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no me quiero acordar... ¡Oh, Cervantes, inconfesable plagiario!

31 enero 2006

El que cuenta historias

Si todo se redujera a pisar sobre huellas que otros han dejado ya sobre la arena de la playa de la isla que creíamos desierta. Si en definitiva no pasáramos de meros turistas, nosotros que nos creíamos viajeros intrépidos, pioneros, exploradores de metáforas incógnitas y nos han plantado un club med y otros, muchos otros, ya han visto este amanecer, esta misma puesta de sol, este abismo sin fondo, esta naturaleza virgen ya, alas, muy usada de virgo mil veces remendado, que nos quedara más que hacer recuento, contar lo olvidado por servido y trocar nuestro mapa del tesoro por un hit-parade de grandes éxitos de ahora y, claro está y maldita sea su alma, de siempre. Sobre la tumba de Tusitala en los Mares del Sur se yergue ahora un MacDonalds.